En la mira

¡Quítenle los colores al PRI!

* El verde, blanco y colorado le regalan votos en cada elección

 * Sería nefasto para México que recuperara la presidencia

 

Después de setenta años de gobiernos priístas nos pudimos dar cuenta de que hacían trampa para que los opositores nunca les ganaran. Lo hicieron de diferentes maneras: metiendo muchos votos en el turno de un solo elector, robando urnas, pagando a los votantes, atemorizandolos para que no fueran a éstas, acarreandolos de manera ilegal; gastando en propaganda mucho más que sus adversarios y violando la ley, fuera de los tiempos permitidos.

Supimos lo que son las casillas “zapato”: aquellas en que la oposición no lograba un solo sufragio, porque como no tenían representantes el día de la elección el PRI falsificaba actas que les adjudicaban toda la votación.

Con funcionarios de casilla comprados contaban mal las papeletas en las narices de los representantes de la oposición y le daban el triunfo al mismo “Revolucionario Institucional”.

Pero una de las formas de obtener sufragios inmerecidos, que a la fecha les funciona (lo mismo que todas las demás artimañas), consiste en lo siguiente: En los pueblos alejados y sobre todo entre los más ignorantes de los electores, el PRI sabe que los que no tienen una preferencia porque son totalmente apolíticos y solamente cumplen con votar por temor a ser sancionados de alguna manera, cruzan el círculo con los tres colores de la bandera: verde, blanco y rojo, porque así les han enseñado desde pequeños.

Los sin partido, los ignorantes no seleccionan otros colores y le regalan su voto al PRI sin que en realidad sepan siquiera por qué candidato votaron.

Hemos planteado desde hace varias décadas que el Congreso debe retirar los colores de la bandera al PRI, pero no lo ha hecho y mientras no lo haga seguirán “regalando” miles de votos a este partido. Y recuerden (las últimas elecciones nos lo muestran) que unos cuantos sufragios pueden definir una elección.

Es cierto que el “Revolucionario” tiene muchos seguidores todavía, pero queda más que claro que siguen haciendo trampa… Y de altos vuelos. Un ejemplo es Veracruz y esto se comprueba no sólo con las grabaciones que se dieron a conocer del gobernador Fidel Herrera ordenando repartir dinero para atraer votantes, basta revisar los resultados del PREP: De 30 distritos, el PAN en alianza con el PANAL ganó 16 y el PRI sólo 14, pero curiosamente en las casillas donde ganó este último lo hizo de manera desproporcionada. El comportamiento de los electores en casos así es conocido como atípico y refleja trampas: relleno de urnas, corrupción de funcionarios de casilla que falsifican actas, etc., etc. Por eso, con menos distritos ganados, suman más votos.

Parecía que con otro partido en la presidencia el PRI iba a cambiar, pero no ha sido así. Tiene a los mismos en los puestos de dirección, los llamados “dinosaurios” que se han hecho multimillonarios a costa de nuestros impuestos, los mismos juniors clavados como moscas chupa sangre y los millones de militantes que creen que si el partido se derrumba van a perder su empleo.

Los dirigentes del PRI presumen de experiencia, pero experiencia para “ganar” elecciones y seguir enquistados en el poder sin dar oportunidad a las nuevas generaciones.

Experiencia para mantener al país con más de 100 mil millones de dólares de Deuda Externa y casi nulas reservas. Ahora, tras sólo 10 años de gobiernos de otro partido la situación es radicalmente diferente: 100 mil millones de reservas y Deuda Externa mínima.

¿Queremos un México sin corrupción? Hay que comenzar quitándole los colores al PRI, que además la misma Constitución señala que el verde, el blanco y el rojo no deben utilizarse de esa manera.

Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México y sobrino de Alejandro Montiel, de mala memoria, quiere ser Presidente de México. Podría o no ser un buen presidente, pero lleva en contra el hecho de ser postulado por el PRI y eso basta para descalificarlo y que me perdonen los priístas… No es nada personal.

Ha invertido miles de millones de pesos para levantar su imagen y la única manera de que no gane es que el PAN y el PRD vuelvan a formar alianza para las elecciones del Estado de México en el 2011. Sólo así podrían ganar. Un revés como ese lo dejaría debilitado para el 2012.

Cabe aclarar: Código Diez no sigue lineamientos de ningún partido (a cada uno le tocará su editorial), pero un análisis imparcial demuestra que para que la nación elimine lastres buscando el bienestar social y económico de la población el PRI debe cambiar o desaparecer. Así de fácil y así de difícil; en consecuencia, el regreso de este partido a la presidencia sería lo más nefasto que podríamos esperar. ¡Que nadie se equivoque!

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